Rob Liefeld, truños pintados de oro



Año 1990. Bob Barras, editor jefe de Marvel en ésos tiempos fue parte interesada que permitió y hasta jaleó ésto entre otras cosas. Jim Shooter nunca permitiría un divo inútil cómo Liefeld, al primer día saldría catapultado de la editorial.

Nuevos Mutantes número 85. Serie derivada de X-men que gozaba de un éxito reseñable aunque no escandaloso. Hasta la fecha solo lahabían escrito  Chris Claremont y Louise Simonson, que además había sido la editora de la serie en sus inicios. Llega el nuevo dibujante Rob Liefeld con sus huevazos y con el Chris Claremont y Louise Simonson van a experimentar y ser perjudicados por una gran mierda para el mundo del cómic.  Rob Liefeld, que pervertirá y retorcerá su obra a su degenerada imagen sin miramientos y con ensañamiento. A Louise Simonson, una gran profesional del medio se le puteó intensamente, forzándola a cambiar guiones en último momento, suprimiendo diálogos enteros en la versión final o ignorando los atentados contra el buen gusto perpetrados por Rob Liefeld número a número, mes tras mes.

Hay que tener en cuenta que el tipo de dibujos de Liefeld ignoran la perspectiva, la anatomía y hasta el buen gusto, son una abigarrada colección de deformes muñecos que el procuraba, y aún lo hace,  ir contra el guión, para hacerse con el control de la serie, quitándoselo a Louise Simonson, ya que desde arriba se maniobraba favoreciendo la estupida visión de Liefeld, que destruirá la serie en cuestión de un año.

A Rob Liefeld no le interesaba la historia en lo más mínimo, su única meta era dibujar a sus monigotes en todas las páginas y a así poder vender los originales a precio de oro. Marvel miraba a otro lado acerca del asunto, la rentabilidad cortoplacista cegó la perspectiva, cosa que luego pagarían todos.

Liefeld aplicó toda la presión que podía para forzar la marcha de Louise Simonson colocando un guionista afin a él que no lo molestará con desarrollo de personajes y desarrollos argumentales, así pudo dibujar a sus anchas a sus monigotes deformes llenos de cartucheras, armas gigantes, y  otras mongoladas.




Louise Simonson sola,.sin apoyo alguno en ese hostil territorio que era ahora Marvel, y hasta el coño se larga a DC Comics a hacer Superman. Con ella se iba su marido, uno de los artistas más grandes que Marvel tuvo, Walter Simonson. Un absoluto mobbing al que le estaba sometiendo Harras a Louise; le hace cambios de diálogos sin notificación previa, de manera  que hacía inentendible el número completo a veces por Harras mismo, a petición de Liefeld en ocasiones.

Aun después de joder a los Simonson a Liefeld no le pareció bastante. Una voracidad y un narcisismo subnormal que le llevó a poner un anuncio de  una serie de creación propia para la futura Image, The Executioners: “Un grupo de mutantes rebeldes del futuro que viene para destruir su pasado”. Los personajes eran insultantemente parecidos a los de Marvel. 

Ante eso, Harras que lo había mimado y consentido demasiado, le soltó que o se bajaba del burro  o Marvel lo iba a demandar con y lo iban a percutir pero bien. Liefeld se rajó, porque es un cagainas además de mal profesional y un soplapollas, pero meses más tarde se fugó de Marvel con otros indocumentados que dejaron Marvel con el culo al aire y llenos de las mierdas que habían hecho.





Liefeld fundó Image con Jim Lee, Todd Mcfarlane, y otros esgarramantas para hacer mierdas propias, que en su caso eran plagios mal hechos de personajes de Marvel y DC, sin ningún control editorial. Eso fue la editorial Image en sus primeros años, un engendro que hacía mucha pasta, pero era una colección de subproductos aburridos, estupidos y caros, lo que viene siendo un truño, a los que sólo salvó la especulación del cómic en los años 90.

Con el tiempo, mira si es incompetente y muñón, Liefeld es expulsado de Image, su propia editorial y crea Awesome Entertainment, donde supuestamente seguiría editando personajes anteriormente creados. Alan Moore , que iba a colaborar con él, se  percata de la calaña de Liefeld , y lo envía a tomar por culo.

En la actualidad, y dibujando peor que nunca, Liefeld va arrastrándose por las editoriales a ver si alguna lo quiere. Pero como es conocido, cada vez se la cuela a menos gente, el hijoputa. A ver si se dedica a otro oficio y deja de joder la vista con esos dibujos de mierda.

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