Jla, el corte letal




Jla Snyder cut sin spoilers, por si no la has visto y quieres verla. Cada uno nos intoxicamos con lo que nos da la gana, con tabaco, alcohol, o películas como ésta.


La película de Snyder es un batiburrillo de escenas bañadas en intensidad desde el primer fotograma y con, siendo generosos, un escuálido discurso narrativo. Tratar de impactar durante cuatro horas con trucos digitales sin una línea narrativa medianamente coherente hace de éste un filme efectista pero irrelevante, que acabas deseando que todos mueran para que se acabe el jodido despropósito que tienes delante.


Snyder nos ofreció un indiferente Aquaman, aunque con el mal chiste que siempre fue el personaje ya es un avance, normal, sabiendo que lo creó Weisinger. Tuvimos también un payasesco flash, un Batman descafeinado, y una wonder woman con sed de sangre. Mejoró notablemente el personaje de cyborg en detrimento de todos los demás, aunque ese personaje siempre nos importó un pito, aquí y en el cómic. El director parece odiar a Superman, al que sin venir a cuento le mete el traje negro a calzador. Se niega a entender al personaje y sale un angustias con capa. Todo oscuridad, caras de vinagre, quemando a unos personajes que podían ser no digo ya mejor perfilados, si no algo perfilados y desarrollados.


Pretenciosidad, pedantería y cámara lenta hasta el vómito. No me me extraña que algunos idolatren ésta versión, les dará la impresión de ser parte de una élite superior, aunque la realidad es que la película es excesiva en efectismos pero sin sustancia alguna, es decir, forraje para darse ínfulas sin el menor sentido ni ritmo narrativo.


Muy apocalíptico todo, y para rematar el puto aborto del joker proxeneta de la versión mierdosa de Suicide Squad de 2016 que Snyder nos quiso meter con pelucón y sin vaselina en ésta maratón de la liga de la justicia, hay que verla con anfetaminas para resistir hasta el final. Una película pretenciosa para pedantes, sin sustancia, que al final no nos ha contado nada y se disipa. Ni es arte y ensayo como el director quiere creer, ni es entretenida, más bien un peñazo de cuatro horas que parece durar cuatro años. Contra el insomnio va cojonudo, a los 30 minutos nos deja roncando. Aparte de lo ya invertido en la versión anterior, se pusieron 70 millones de dólares más, invertidos para recaudar 16, buen plan para los groupies de Snyder con cuatro horas de tocarse hasta tener la entrepierna al rojo vivo para ellos, mal negocio para Warner, para el público general, para los aficionados del noveno arte.


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