Vértice fue un sello editorial fundado por el distribuidor J. Torrá y Mas en 1963, sobre la estructura de la Editorial Cénit, para editar novela popular. Pero en 1964 decidió convertirse también en editorial de tebeos, cubriendo tareas de distribuidor y de editor al mismo tiempo. Llevó sus comics a todos los rincones del territorio español sirviendo fundamentalmente traducciones de obras contratadas por agencia, primero procedentes del sello británico Fleetway (una veintena de colecciones) y luego de los sellos estadounidenses Marvel (el grueso de su edición) y DC (de este solamente media docena de cortas colecciones en el final de los años setenta). Estuvo en activo hasta el año 1981, siendo su sucesora Ediciones Surco.
Fernando Sesén, traductor, guionista y hombre de confianza de la casa, era la persona clave en la editorial encargada de tratar con editores ingleses y realizar las contrataciones de las series, y fue él quién gestionó las conversaciones con Marvel, los contratos e incluso la selección de colecciones asumiendo a su vez lo que se podría acercar a la figura del primer editor Marvel en España.
El resultado de estas gestiones fructifica a finales de 1968 y se concretan las negociaciones entre Ediciones Vértice y Transworld Feature Syndicate, Inc para contratar los derechos de publicación de las primeras colecciones Marvel propiedad entonces de Magazine Management CO. Como fruto de estos acuerdos se contratan 8 colecciones y se toman las pertinentes decisiones sobre cómo titularlas para el mercado español, siendo la única opción razonable para 1969 traducir los títulos al castellano encargándose de ello de nuevo Fernando Sesén, definiendo como criterio para los productos Marvel presentar las cabeceras en castellano y subtitularlas con el original inglés, siendo Spiderman la única excepción a esta norma que funcionará al revés utilizándose como subtítulo la traducción “El Hombre Araña”.
La edición de los 4 Fantásticos abre la primera etapa Marvel en España, periodo que será conocido posteriormente como “volumen 1” y quedará caracterizado por el formato de la novela gráfica, abarcando desde 1969 hasta 1974
Vértice se caracterizó por el colorido de sus cubiertas a la vez que por el desprecio manifestado hacia la obra original, dado que remontaba y recortaba las páginas para dejarlas en un formato libro.
El contenido del cómic era en blanco y negro, pero eso no era un problema grave para la lectura. La razón era que en aquella época imprimir en cuatricomía salía por un dineral que no tenían garantía de amortizar con la venta.
El primer volumen no se publicó como comic-books del tamaño original americano. Se le pondría remedio con los volúmenes 2 y 3 de las colecciones, que serían editados en un tamaño más parecido al original y con color.
Por misteriosos motivos los cómics de Vértice no solían incluir créditos de autores, exceptuando al traductor y al ilustrador de la portada. En el volumen 1 el número de páginas del tebeo era mucho mayor que el de un cómic, con frecuencia con dos historias por ejemplar, y duplicaban en volumen al original. Los cambios en la maquetación eran enormes . Había viñetas que cambiaban de forma, globos de diálogo colocados donde al rotulista le apetecía o era más cómodo, reescribían diálogos traducidos sin el conocimiento de sus autores y de forma caótica, con extrañas desapariciones o inclusión de fondos, enormes huecos de masas de blanco o de negro, consecuencia de andar redimensionando viñetas, y unas cuantas perrerías más, que el público de la época no sabía al no tener disponible ningún precedente, ni acceso a los cómics originales.
Las portadas de los cómics de Vértice no eran las originales americanas, eran de elaboración propia de la casa, realizadas por el artista Rafael López Espí, pero eso sí fue un cambio positivo, resultado un trabajo muchísimo mejor que las cubiertas originales.
A pesar de la chapuza y la manipulación de formatos, A su favor quedó que Vértice fue pionero en España, el primer gran difusor de los cómics del sello Marvel, que creó una gran masa de aficionados antes inexistente que revitalizó o despertó el apego por un género, el de los superhéroes en todo un país, y que con el paso del tiempo conformaría una generación nostálgica que apreciaba estos tebeos por haberles introducido en el llamado Universo Marvel. Pero no solo eso, dejando aparte la nostalgia, Ediciones Vértice fue la primera llama que se encendió en el país con respecto a la afición por el cómic de Marvel en concreto, y de superhéroes en general.
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