Los cómics han capturado desde hace tiempo la atención de espectadores de todo el mundo. Una sola viñeta puede resumir la emoción de la victoria, la desesperación de la derrota y el humor de la vida cotidiana; todo ello cobra vida gracias al juego de texto e imagen combinados. Detrás de cada historia interesante se esconde un laborioso proceso de importancia: la edición en los cómics.
Los editores de cómics son una parte esencial y a veces olvidada de la industria. Pero detrás de cada historia interesante se esconde un proceso importante: la edición en los cómics.
Es competencia del editor dar parámetros para hacer que la historia tenga sentido, aunque sea diferente para cada proyecto. Es más sencillo gestionar una novela gráfica que cuenta una historia completa en un solo álbum, que trabajar episódicamente editando números individuales que se unen para contar un arco narrativo completo. Para ésto hay que asegurarse de que los números individuales hagan avanzar la historia, sin acumular excesivos elementos ni que estén carentes de ellos en cada número. En los cómics, todo tiene que unirse para contar una historia cohesiva, y las cosas pueden desmoronarse en cualquier momento si no se supervisa adecuadamente.
Los subtítulos y el diálogo son algo importante, es necesario que fluyan bien, sirvan a la historia general y no explique lo que ya exprese el dibujo. Otra cosa que también hace falta es sentido de la disposición de las páginas, ya que no tendrás imágenes que te ayuden a guiar la historia, al menos al inicio del proyecto. Parte del trabajo será leer descripciones, subtítulos y diálogos para distinguir si la historia tendrá sentido o no con lo que el guionista ha escrito. También hay que intentar pensar en lo que el artista extraerá de la descripción y decidir si basta para que el lector comprenda la historia.
Acordar colectivamente sobre lo que debe transmitir la historia también es primordial. Se obtienen claros puntos de referencia, sobre todo en caso de querer destacar temas o momentos clave de los personajes.
Con el guión final completado hay que seguir trabajando con el resto del equipo creativo para darle vida, porque el proceso de un cómic se divide en varias etapas, aunque el equipo creativo sea de una sola persona, y de esa forma se llevará a cabo eficazmente la labor de edición.
Durante todos los pasos, es importante cerciorarse de que todo coincida con el guión. Hay que diseñar la página en función del guión y la cantidad de viñetas necesarias. También debería incluir esquemas muy sueltos, teniendo en cuenta los globos de texto para su ubicación en la página. Una de las herramientas más importantes para un editor de cómics son los bocetos preliminares, que detallan cómo el artista va a diseñar las páginas.
Los lápices son el siguiente paso y son el proceso más refinado de la historia, realizándose con distintos niveles de detalle, profundizando en los detalles del dibujo si pasan posteriormente el trabajo a un entintador.
A continuación vienen las tintas, y una vez más comparando el resultado con el guion asegurándose que todo coincida, que la historia se esté uniendo y presentando correctamente. Este es el dibujo de línea final, por lo que debe tener un aspecto refinado, sin sombreado en blanco y negro, y, en última instancia, debe verse completo incluso sin el color.
La etapa de coloración establecerá atmósfera y tono de la historia a través del color. Una vez más, hay que compararlo con el guion para asegurar que todo tenga sentido, sin inconsistencias.
El paso final es entregar las páginas casi terminadas a un rotulista que luego agregará bocadillos, cuadros de texto, etc., así como el diálogo que se supone que debe estar en cada lugar. Si la rotulación es buena, la gente no se dará cuenta. Si la rotulación es mala, la gente definitivamente se dará cuenta y puede arruinar la obra en un momento.
Tras eso, se entregan a maquetación, cerciorándose de que se coloquen las páginas en el orden predeterminado, y encuadradas correctamente sin fallos en el espectro de color, y sin filamentos, para una revisión final y el envío a imprenta.
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