MAESTRO DEL ARTE SECUENCIAL: WILL EISNER

 



A lo largo de su dilatada carrera, Will Eisner (1917-2005) ejerció una influencia duradera en el mundo del cómic, no sólo a través de sus obras –desde The Spirit en los años 40 hasta Un contrato con Dios en 1978–, sino también al iniciar nuevas formas de pensar y hablar sobre el cómic. Además de defender y enseñar el “ arte secuencial ”, contribuyó a la popularización del término “ novela gráfica ”.


Demostró sus habilidades desde muy joven, haciendo brillantes ilustraciones para el periódico de la escuela. Cuando era estudiante en DeWitt Clinton, la sombra de la Depresión ya había caído sobre Estados Unidos. Sam Eisner vio desaparecer los pocos dólares que le quedaban en una quiebra bancaria. 


Pero incluso en el momento más oscuro de la ciudad de Nueva York, apareció un destello de promesa. A medida que las revistas pulp desaparecían, un nuevo tipo de publicación periódica estaba surgiendo para ocupar su lugar: el cómic. Eisner estaba interesado en unirse a las filas de los artistas de cómics, pero se encontró con una serie de rechazos. Sólo Jerry Iger, el editor de treinta y tantos años de un nuevo cómic estaba dispuesto a arriesgarse. Contrató a Eisner para dibujar y escribir sus propias tiras. Una de ellas, Captain Scott Dalton , se centraba en un apuesto perseguidor de artefactos raros, anticipándose a Indiana Jones por 50 años. Pero la aventura duró poco, había poco dinero y hubo que explorar otros lugares acompañado de Iger, vendiendo tiras cómicas a los sindicatos de periódicos y cómics a Fox Comics, Fiction House y otras editoriales. Alquilaron una pequeña habitación en Tudor City, en el centro de Manhattan, y pusieron EISNER & IGER en la puerta.


Al fin ganaban algo de dinero, pudiendo contratar auxiliares como Bob Kane, o Jacob Kurtzberg, (Jack Kirby). Un pequeño error de calculo los llevó a rechazar un proyecto de Joe Schuster y Jerry Siegel. 


Para 1938, Eisner había creado o supervisado decenas de tiras, y para 1939 Will Eisner ya era rico y, en el mundo de los cómics, famoso. En ese año tuvo que disolver la sociedad con Iger para pasar a jornada completa con el Register and Tribune Syndicate, para dibujar y escribir su propio cómic de dieciséis páginas a color, que se incluyera en la edición dominical de cuatro periódicos importantes, poniéndose a ello en solitario. 


Para 1941, The Spirit se podía leer en 19 periódicos importantes con una audiencia de unos 3 millones de lectores.El trabajo de Eisner recordaba a las películas expresionistas alemanas, con sus fondos austeros y ángulos llamativos.

Que en 1942 el ejercito lo reclutase no fue impedimento para seguir ejerciendo su profesión: sus órdenes eran crear un nuevo tipo de cómic. Creó a Joe Dope, un soldado que podía hablar con los soldados en su propio idioma y mostrarles el valor del mantenimiento preventivo con imágenes divertidas. Así la tropa entendía bien funcionaba su equipo y cómo mantenerlo en condiciones. Dejó en ese período a The Spirit en manos de confianza como las de Wally Wood.


Ya licenciado del ejército en 1946 American Visuals, su propia compañía que resultó ser muy rentable, produciendo manuales de instrucciones y seguridad para el ejército. La empresa también produjo folletos y material publicitario para una larga lista de clientes de primera línea, entre los que se incluyen RCA Records, General Motors, New York Telephone, los Baltimore Colts y la Cruz Roja Americana.


La creciente prosperidad de American Visuals no dejaba tiempo para The Spirit , y Eisner dejaba que fuera desapareciendo. El último episodio apareció en octubre de 1952. El artista que había marcado la pauta para los cómics se había convertido en un hombre de negocios y poco a poco lo haría en leyenda. Eisner probablemente no tuvo mucho tiempo para pensar en los viejos tiempos, ya que estaba ocupado desarrollando clientes corporativos que llevaron a lucrativas fusiones corporativas. A finales de los años 50, American Visuals se fusionó con Koster-Dana Publishing, que era la empresa matriz de Good Reading Rack Service, la mayor editorial de materiales de lectura. En 1962, Eisner fue nombrado vicepresidente ejecutivo de Koster-Dana Publishing Company.


American Visuals de Eisner rompió su relación con Koster-Dana porque sintió que la parte editorial del conglomerado estaba empezando a deformarse. Will Eisner seguía siendo un artista y ocasionalmente pasaba tiempo en la mesa de dibujo, pero por todas las apariencias externas era un hombre de negocios. Durante la década de los 60, el trabajo en sí tiene cada vez menos que ver con los cómics. Eisner pasó gran parte de su tiempo preparando propuestas y asegurando contratos para trabajos de cómics que produciría su personal. 


A medida que avanzaba la década, las empresas comerciales de Eisner se diversificaron. American Visuals todavía empleaba el formato de cómic para crear materiales para clientes corporativos y gubernamentales, pero a mediados de la década Eisner había creado un grupo de empresas para producir otros tipos de trabajo. IPD Publishing Company publicó libros de tapa dura para escuelas. 

Por supuesto, Eisner nunca abandonó totalmente el formato de cómic. Durante años había intentado convencer al Departamento de Trabajo de la idea de utilizar los cómics para llegar a los jóvenes desfavorecidos. En 1965, consiguió un contrato de investigación y desarrollo y comenzó a trabajar en la serie Job Scene, lo que le posibilitó hacerse con más contratos gubernamentales. 


En 1971, el programa World Explorer de Eisner se había expandido y le estaba quitando la mayor parte del tiempo. Como había hecho con su negocio de estanterías de lectura, Eisner negoció una fusión con uno de sus principales competidores. Sus suplementos educativos se fusionaron con Croft Educational en New London, Connecticut, y Eisner se convirtió en presidente del consejo de administración. Y, al igual que había hecho en Koster-Dana, en menos de dos años Eisner renunció al consejo de administración y vendió su participación en la empresa. Sin duda, una vez más fue una decisión rentable para Eisner, pero había otros motivos además del beneficio. Eisner tenía al menos una vaga sensación de que podría haber nuevamente oportunidades para él en el mundo de los cómics de entretenimiento. Pronto se daría cuenta de lo drásticamente que ese mundo había cambiado en su ausencia.


Después de más de cincuenta años de vida, el Will Eisner de los años 70 tenía profundas reservas de triunfo y decepción, alegría y dolor de las que extraer sus historias.


La influencia de Eisner supera por completo a su audiencia actual. Alguien tan brillante y revolucionario como Eisner siempre tendrá un fuerte efecto tanto en el medio del cómic como en el conjunto de las industrias creativas.

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