Hace muchos años que la regularidad mensual de la mayoría de los cómics es una norma, ya siendo tradición, dentro del ámbito cultural propio, la demanda de los lectores habituales lo piden mes a mes, pero mantener una serie de cómic mensual cuesta lo suyo.
Porque un cómic mensual es una carga de trabajo extenuante para el artista, que se las tiene que ingeniar para trabajar con agilidad para llegar a cumplir los plazos, debiendo ocupar buena parte de cada día en realizar las páginas, dejando de la lado otros compromisos profesionales o personales. Si participa ocasionalmente en alguna otra serie aun debe emplear más tiempo, sin levantar la vista de la tabla de dibujo. Ésto durante un tiempo prolongado se hace casi insostenible.
Cabe preguntarse si la mensualidad de los comics no será más un escollo que otra cosa. Pero no le digas a Marvel o DC que las series mensuales hay que ir disolviéndolas, porque resulta que para las dos grandes editoriales, los cómics unitarios cubren los costes de producción para que las editoriales sean rentables. Luego las tarifas por página para escritores, artistas, coloristas y rotulistas, los salarios editoriales y los costes de impresión suelen cubrirse con las ventas mensuales de un solo número. Las ventas de editoriales generalmente solo cubren los costos de impresión del producto antes de comenzar a generar ganancias. Si tuvieran que cubrir los costes creativos, la mayoría no serían rentables. Las ventas digitales tampoco cubren esos costos por sí solas. Hasta que esa realidad cambie, los cómics impresos mensuales seguirán siendo el elemento básico de las dos grandes.
Y es que el modelo de negocio del mercado directo y las necesidades de sus socios minoristas requieren, no obstante, un flujo constante de nuevos productos para vender, ya que muchas de las cuentas más pequeñas son de pago bajo demanda y deben haber vendido lo suficiente la semana anterior para pagar los envíos de esta semana y tener productos disponibles. Las cuentas más grandes y consolidadas (por ejemplo, cadenas de tiendas o tiendas con una larga trayectoria) pueden obtener mejores condiciones. Sin embargo, el mercado directo está diseñado para que las tiendas ofrezcan nuevos productos a los clientes cada semana. Las ventas comerciales tienen un ritmo más lento que las publicaciones periódicas tradicionales. Dejar de lado las publicaciones periódicas también requerirá cambios importantes en el modelo de negocio y la infraestructura, un gigantesco cambio de las editoriales y del mercado directo que requeriría una gran inversión de capital, que muy probablemente los propietarios corporativos de editoriales o distribuidores Warner, Disney o Penguin, no consideren que haya suficiente retorno de la inversión como para que una inversión de capital de este tipo en una nueva infraestructura les merezca la pena, y así siguen.
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